hace no mucho tiempo
una mueñekita decidiò ofrecerle su corazòn
a un lindo muñeco de trapo.
el muñequito decidiò cuidar
con gran esmero el corazòn de la linda chiquilla.
lo puso en un cajonsito de madera en el que
todos los dias resguardaba el corazòn.
la muñequita le hizo jurar
que nunca le diera ese corazòn, a menos,
que cuando se lo entregara fuese porque ella
se lo pedìa, porque serìa en ese instante cuando lo iba a necesitar.
el muñequito le prometiò no darselo
hasta que llegara el momento
y si fuese necesario
el mismo le darìa su propio corazòn.
pero pasò el tiempo y la muñequita
sin tener los latidos en su interior
comenzò a marchitarce, su tez palidecìa,
su sonrisa se acartonaba y poco a poco la alegria
tornaba a un estado de un total nada...
el pobre muñequito guardò tanto tiempo el corazòn de la
muñequita que olvidò donde lo dejò,
no sabìa como encontrarlo y revivirla,
no podìa construir un nuevo corazòn para ella...
porque el titiritero llevò aquel corazòn a un lugar lejano
donde nada lo sacarìa de ahì.
la muñequita se siente sin nada,
no es indispensable porque no puede querer,
por mas que intenta enamorarse ya no puede,
por mas que intenta querer al muñequito
no sabe que le pasa y no puede.
en su interior hay un NADA.
no se puede enamorar, no puede reir
ni si quiera llorar.
el muequito la ve pasar los dias
sin que esta logre decirle un te amo
como solìa hacerlo antes.
la esperanza de encontrarle el corazòn casi
son nulas, parecen como palabras de consuelo
que se le dicen a un muñeco cuando està a punto
de tirarse a la basura.
ahora solo queda esperar a que el titiritero
regrese a donde està la muñeca y con el
el pobre constructor de el ya perdido corazòn.
mientras el muñekito se aferra
a avivarle la esperanza
y ella a que el lo logre.